OPINIÓN | Pedro Expósito.- No hay mal que por bien no venga o eso hemos escuchado toda la vida. En Martos es tiempo de comprobarlo. Tras una temporada que fue lo más parecido a una atracción extrema de un parque de atracciones, una especie de Dragon Khan con infinitas subidas y bajas, el club parece estar en buenas manos.
Se aprecia a cada minuto. Sí la temporada pasada se vendía un proyecto a todas luces irreal, con futbolistas de dudosa calidad e inflado cartel, un año después el concepto es otro. Ya no queda rastro de la supuesta sociedad hiperfabulosa que iba a llevar al equipo al fútbol profesional, de esa presunta academia o esa “Masía” que resultó ser un pozo de deuda.
Ya no quedan palabras en inglés, turco o francés. Queda sensatez. Y tuvo que pasar una “desgracia” para darse cuenta, como tantas y tantas veces. También el tiempo y las personas pasan. Y es que ya no está Juan Cortés ni los representantes de un grupo inversor que… bueno, lo podemos dejar ahí.
Ahora “mandan” una serie de personas serias que han devuelto la sensatez a la entidad. Mucho trabajo, pocos recursos. Lo de siempre. Se asume, se trabaja y se consiguen los retos. No se pudo salvar la categoría pero se actuó con responsabilidad y coherencia, la misma que, a día de hoy, están teniendo a la hora de confeccionar la plantilla y determinar cuáles son los caminos que el club tiene que seguir para retornar a Tercera División, no cuanto antes sino mejor que antes.
Porque no consiste en llevar al equipo a toda costa a Tercera División esta temporada y porque sí. Ni es un cueste lo que cueste. Se trata de sentar las bases de un proyecto, de un futuro, para que el Martos CD vuelva a asentarse en una categoría que es la suya. Sin deambular, sin claroscuros ni grises.
Los primeros pasos se están dando con cabeza. Retener a Antonio ‘Torreca’ es uno de los principales. Apostar por jugadores de la provincia para un categoría como la División de Honor – que se parece a la Tercera División pero no lo es – también. Reducir costes, invertir en futuro. Sentar las bases. Son conceptos que los nuevos mandamases parecen tener en mente como una prioridad. Debe serlo.
El acuerdo de filialidad con la Cultural Deportiva Tuccitana es otra muestra de la línea que está siguiendo la entidad marteña. Si apuestas por la cantera, algo te va a dar. Nadie defenderá los colores del Martos como un marteño. Partamos de esa base.
Ojalá el fútbol, porque al final esto es que la pelota entra, le devuelva al Martos todo lo que le quitaron la temporada pasada. Ojalá un Martos con identidad propia y jiennense como lo que parece va a ser. Ojalá paciencia entre su afición y ojalá que, sin prisa pero sin pausa, los laureles del Martos CD reverdezcan. Estamos hablando de un club histórico.