
Pedro Expósito.- No es un partido más. Es una cita con la historia. Este sábado (19:30h), La Salobreja volverá a latir con fuerza cuando Avanza Jaén reciba al MRB FS Móstoles en el primer asalto de la gran final por el ascenso a Segunda División. Un duelo que huele a batalla, que suena a épica, que se siente en la piel.
Los celestes han llegado hasta aquí remando juntos, a base de esfuerzo, constancia y fe en un plan que ahora se pone a prueba en su etapa más exigente. Enfrente, un rival temible, curtido en categorías superiores, con jugadores que saben lo que es jugar —y ganar— partidos de esta envergadura. Pero Avanza Jaén también sabe lo que es sufrir para llegar hasta el final, y eso les hace peligrosos, imprevisibles y tremendamente competitivos.
La clave, como siempre, estará en no mirar más allá de los cuarenta minutos de este primer encuentro. Pensar en Móstoles ahora sería un error. Lo saben en el vestuario y lo repiten con convicción. La eliminatoria se empieza a decidir este sábado, en una Salobreja que volverá a estar llena hasta la bandera, empujando, rugiendo, creyendo.
“El apoyo de nuestra gente ha sido clave ante Xerez y Grupo López Bolaños. Sentimos que no jugamos solos, y eso nos da alas”, confesaba Javi Polo, segundo entrenador del equipo, en la previa. Con él coincide Mario, natural de Pozo Alcón, que asegura que se vivirá “un partido emocionante, donde vamos a luchar por un sueño compartido con toda la ciudad”.
Y es que en estas finales no solo juegan los que se visten de corto. También lo hacen los que llenan las gradas, los que aprietan los dientes en cada jugada, los que empujan el balón desde el fondo del alma. “Tengo muchas ganas de que llegue el sábado y encontrarme con La Salobreja como en las grandes citas”, resumía Fede, con la ilusión de quien sabe que está ante una de esas noches que no se olvidan.
La primera batalla se juega en casa. Y si algo ha demostrado Avanza Jaén esta temporada, es que cuando el equipo y la afición van de la mano, no hay montaña demasiado alta.