Pedro Expósito.- Por rocambolesco que parezca Leónidas Da Silva, gran referencia del fútbol brasileño de la década de los 30, se sentía más cómodo jugando descalzo que con las botas de tacos puestas. El que fuera primer ídolo que se conoce de la torcida brasileña, el apodado “El Diamante Negro” protagonizó una de las anécdotas que pasaron a la historia de los mundiales de fútbol.
Fue en un Brasil – Polonia de la primera ronda de la Copa del Mundo que se celebraba en la Francia de 1938 cuando Leónidas, advirtiendo que el terreno de juego se encontraría pesado después de toda una noche de lluvia, decidió jugar descalzo para sentirse más ligero. Tanto es así que corre como la espuma la leyenda de que aquel primer gol de la victoria, por seis goles a cinco, de la Seleção lo anotaría sin calzado.
Iván Eklind, colegiado sueco que impartía justicia en aquel 5 de junio de 1938, advirtió la desnudez de sus pies y obligó al brasileño a calzarse. Esto es algo que hoy parece inasumible. Ya no solo por la mejora ostensible de los terrenos de juego sino también por la amplia gama tanto de zapatillas y botas de fútbol como de material deportivo con la que contamos en la actualidad.
No cabe duda de que si Leónidas hubiera conocido Mundosilbato jamás hubiera apostado por jugar descalzo. Claro está que no se habría postergado tal vez su leyenda, sin embargo apostamos a que esos tres goles que consiguió hacer ese día a Polonia pudieron haber sido más con unas buenas botas.
Mucho ha cambiado la historia desde finales de los años 30. Ni el fútbol es tan pasional como aquel ni las instalaciones son las que eran. Afortunadamente. Clubes y ayuntamientos, propietarios de la mayor parte de los campos de fútbol de nuestra geografía, tienen posibilidades inmensas hoy día para mantener en perfecto estado sus infraestructuras, teniendo acceso a un gran catálogo de productos para equiparlas, desde porterías de última generación de acero, trasladables o fijas, marcadores o elementos para vestuarios.
Elementos todos con los que Leónidas no hubiera tenido por qué jugar descalzo para superar las inclemencias del tiempo y su incidencia sobre el terreno de juego. Material deportivo con el que los futbolistas tienen al alcance de su mano llegar a protagonizar otras grandes gestas del “Diamante Negro” como por ejemplo hacer más de doscientos goles a lo largo de su carrera profesional o llegar a participar en una Copa del Mundo.
