Miguel Ángel Lozano Ayala (Sabadell, 16 de septiembre de 1978), que sabe lo que es jugar la Champions League y que acumula en sus piernas más de doscientos partidos en Primera División, está de enhorabuena por un ascenso a Preferente. Y es que quien fuera jugador del Málaga, Levante y Betis, entre otros, es ahora el entrenador del equipo juvenil del Caldes de Montbui, un municipio de unos 17.000 habitantes, a unos 35 km de Barcelona.
En su primera aventura como técnico ha conseguido algo que jamás, en 100 años de historia del CF Caldes de Montbui, se había logrado, tener un juvenil en categoría Preferente. Miguel Ángel nos cuenta en Palabra de Fútbol como rechazó ofertas por echar una mano en un club que lo estaba pasando mal, nos explica cómo es ahora su vida.
Lo primero de todo es felicitarte por tu reciente ascenso a Preferente con el Juvenil A del Caldes de Montbui. No era el objetivo marcado hace 10 meses ¿Ha sido muy duro conseguirlo?
Ha sido muy duro porque el bloque se formó nuevo pero desde el primer día, viendo las caras de mis jugadores, veía que era posible.
¿Cómo fue que tras su paso por el fútbol de primer nivel acabaras entrenando a un grupo de chavales en Caldes de Montbui?
Por humanidad y solidaridad a un club que lo estaba pasando mal y que, gracias a Dios, está volviendo poco a poco a la normalidad con gente humanamente increíble.
Ha sido tu primera experiencia como entrenador, ¿Qué tipo de entrenador eres?
Sí, es mi primera experiencia como entrenador. Simplemente he intentado aportar mi experiencia y enseñar a unos chavales como vive un profesional una temporada. Lo han conseguido.
En todas partes donde se pregunta por usted se le define igual: un gran profesional con un gran espíritu de sacrificio. ¿Qué hay de ese jugador ahora en el banquillo? ¿Intenta inculcar esos valores en sus jóvenes jugadores?
Intento inculcar que sin esfuerzo no se consigue nada, que el deporte les sirva como un estímulo y un hobby. Que más allá del futbolista, está la persona y, sobretodo, que hagan todo lo posible para ser respetados y para eso siempre tienen que respetar a los demás.
Por la temprana edad de tus jugadores seguro que para más de uno has sido como un padre. Los padres suelen tener bastantes problemas con sus hijos a esa edad tan difícil que son los 17/18 años. ¿Qué es lo más complicado a la hora de gestionar a un grupo de juveniles?
Simplemente ser sincero y decirles la verdad en todo momento. Haciéndoles saber que siempre estaría a su lado. En todos los momentos tenerles un respeto bárbaro y sólo juzgarles a nivel deportivo ya que su vida privada es eso, privada. Siempre preocupándome para que estuvieran inmensamente felices y se ha conseguido.
Se le ve en las redes sociales muy motivado con el reto que supuso entrenar al juvenil del Caldes de Montbui. ¿Ha recuperado sensaciones que tal vez se pierdan entre tantos sinsabores que, a menudo, deja la presión por obtener rápidos resultados del fútbol profesional?
El fútbol más que un juego es una pasión. Yo he tenido mucha suerte a nivel profesional por lo que he vivido pero este año lo que he compartido con mis jugadores es algo que no lo cambio por nada, algo único. Ten en cuenta que el Caldes tiene 100 años de historia y nunca un juvenil había militado antes en preferente.
Hablando de clubs centenarios tengo entendido que usted formó parte de la quinta de la que salió Carles Puyol o Xavi en el FC Barcelona. ¿Qué recuerda de su paso por una de las mejores canteras del mundo?
¡Algo increíble! Te transmiten unos valores impresionantes. Siempre ofreciéndote lo mejor, siempre al servicio del futbolista y persona.
Después de eso han venido más de 200 partidos en Primera y casi tantos en Segunda ¿cuál ha sido el mejor y el peor momento en tu larga carrera?
Si eligiera el mejor y el peor sería egoísta por mi parte. Me quedo con todos los clubes, compañeros, aficiones… Me quedo con lo mejor de todo ya que los momentos peores en este mundo existen y pasan por algo. Simplemente hay que luchar fuerte para convertirlos en mejores.
En esa larga vida profesional dedicada al fútbol ¿qué entrenador de los que te han dirigido ha sido el que más te ha influido a la hora de hacerte cargo de un equipo de juveniles?
De todos los que he tenido he aprendido muchísimo, me quedo con todos. Solo tengo palabras de agradecimiento a cada uno de ellos. Me acuerdo de ellos desde el primero que tuve hasta el último. El hecho de hacerme cargo de los juveniles es porque me apetecía el reto de intentar subirlos y se ha conseguido. Me habían llegado ofertas de otros sitios y mejores categorías pero aquí me necesitaban.
Usted se marchó llorando del Málaga para jugar la Champions League con el Betis. Dejó mucha huella en La Rosaleda e incluso regresó tras el último ascenso ¿Ha sido tal vez en Málaga donde hemos visto la mejor versión de Miguel Ángel?
En todos los sitios donde he estado vistiendo la camiseta he intentado dar siempre lo mejor de mí. Unas veces más acertado, otras no tanto, pero siempre con la cabeza alta por respeto al escudo que vistes. En Málaga quizás se vio la mejor versión por el hecho de estar en mi plena madurez futbolística. Personalmente quiero dejar claro que siempre he intentado defender la camiseta que he vestido lo más honradamente posible.
Ahora que la temporada acaba para usted: ¿qué va a pasar en el futuro? ¿Aspiras a entrenar algún día con un grupo de mayores? ¿Sueñas con ocupar un banquillo en Primera División?
Nos quedan dos partidos todavía y nuestra obligación es ganar los dos. En un futuro no sé qué pasará. Me gusta poder vivir el día a día cien por cien y poder disfrutar lo que hago. Sólo así puedes recoger los frutos que siembras todos los días.
