Opinión | Israel Josué.- Quién no echa de menos el aparato transistor más conocido popularmente como radio, todos los partidos a las mismas horas y a esos jugadores que tenían pinta de todo menos de lo que eran, de futbolistas.
Pues sí, llámeme si quiere antiguo pero a mis treinta años de edad lo prefiero. El mundo de fútbol ha ido evolucionando y ya no saben mejor las cosas. Añoramos la antigua Regional Preferente, esas categorías de juveniles dónde todos los equipos jugaban en albero y el balón era el Mikasa. Se veía más fútbol que ahora con los adelantos justos del fútbol modesto.
Pero en los tiempos que corren, el poderoso dinero es el que mueve el fútbol, y las apuestas han hecho mucho daño a este gran deporte, cada vez menos limpio para la pena de todos. Y es que las numerosas casas de apuestas desde que incluyen partidos en sus portales hacen que todo sea viable (paradas, saques de esquina, goles, posesión, pases, etc.) pero lo que duele no es que uno a costa de otros gane dinero, lo que duele es que sea en el fútbol modesto y con claras singularidades de sospecha.
Hace unos días pudimos enterarnos en los medios deportivos nacionales de la denuncia de un presidente en contra de casi todo su equipo, al haber sopesado las sombras de las apuestas en este partido. En un choque en una categoría como la Tercera División, donde muchos de los aficionados en este, cada vez mayor mundo, ni se hubiesen percato.
La limpieza del deporte queda a un lado y lo que interesa es el beneficio de los mismos protagonistas del juego, los futbolistas, que a través de conocidos, amigos, familiares ya amañan un espectáculo tan bonito como es un partido de fútbol.
Tristemente cada año conocemos más casos y espero que la ley ponga duras penas contra esto. Que esos que se hacen llamar futbolistas (para mí son mercenarios) no vuelvan a jugar nunca más en este bello deporte del balompié y que los equipos peor clasificados, y ya a estas alturas prácticamente deportivamente hablando descendidos de categorías, no sean el blanco fácil para este tipo de amaños.
En la provincia de Jaén no tenemos caso seguro de este tipo de acto, pero ya el año pasado el Villacarrillo CF como equipo, y a través de las palabras de su técnico por aquel entonces, Rafael Perales, hizo saltar la voz de alarma. Hasta la fecha no se ha vuelto a saber, afortunadamente, nada del tema. Se dio carpetazo por falta de pruebas.
Esperemos que transcurra la temporada como la conocemos hasta la fecha y que, si debe ganar algo, sea el apostante que puje por las victorias de los nuestros, de nuestros representantes provinciales por triunfos en las categorías nacionales.
