Opinión | Pedro Expósito.- Un equipo es el reflejo de su entrenador. Solo así me explico el rendimiento que está ofreciendo el CD Torreperogil desde que, a su directiva, se le ocurriera el nombre de Juande Peralta para poner en sus manos lo que más querían, su equipo de fútbol.
Dicen, los que conocen a Juande, que como futbolista fue impagable. Comprometido, leal, generoso… son algunos de los adjetivos que se emplean para definir a un entrenador que trata de infundir en sus pupilos las mismas virtudes que lo hicieron ser uno de los jugadores más conocidos y respetados de la provincia.
“El fútbol ya no es como antes. Yo vengo de una época en la que había otros valores. Ahora, no me quejo porque sigo aquí y si estoy lo acepto y lo sufro, pero es de otra forma y hay cosas que no entiendo. Mi obsesión es el fútbol, los valores del deporte, ganar, competir, perder pero todo en el campo y dejando el alma, como siempre ha sido. Lo demás ni lo entiendo ni lo quiero”.
Estas palabras – extraídas de una conversación en Palabra de Fútbol con Antonio Oliver – nos sirven para hacernos una idea de la transformación del CD Torreperogil en lo que hoy día es: el conjunto revelación del grupo tercero de Primera Andaluza en su primera temporada en categoría autonómica.
Es el Torreperogil un equipo de raza, la misma que mostraba Peralta sobre el sufrido albero o el maltrecho césped. Un conjunto que como bloque no tiene nada que envidiar a ningún otro de la provincia y cuyas gestas han sido sonadas. Sin ir más lejos, esos gladiadores del fútbol modesto, han hecho hincar la rodilla en tierra al Real Jaén CF en un partido oficial o han goleado a un Villacarrillo CF, dos categorías por encima de los torreños, en un partido de Copa Subdelegado. Por no hablar de la inmensa campaña que están cuajando hasta el momento o el brillante campeonato conseguido en la máxima categoría provincial.
Me vuelvo a servir de las palabras de Antonio Oliver, que nos descubren más virtudes reconocibles en este CD Torreperogil: “Es, como siempre ha sido, humilde, observador, cercano, perseverante, directo y en el campo o en la banda, el peor rival. Compite siempre. Cuando salía al terreno de juego se producía en él una alteración de la personalidad que, a los que lo conocíamos nos resultaba natural, pero impactaba”. Así es Juande Peralta y así es su equipo, un fiel reflejo.
El éxito, en base al trabajo, está de momento asegurado en Torreperogil. Solo hay que echar una mirada a la tabla para comprender que si los jugadores siguen creyendo en Juande, este va a seguir escribiendo con ellos páginas de oro para el fútbol de la localidad. Pase lo que pase, de aquí al final de la temporada, ya nadie le puede quitar lo bailado. El reconocimiento es inmenso, la labor realizada gigante. El CD Torreperogil está compitiendo por todo. Fruto del trabajo, el mismo que Peralta derrochaba domingo a domingo como futbolista.
¡Enhorabuena, campeones!
